Leyendo (Evelyn Nicholls)

Abrí mucho los ojos, sorprendida... ¿acaso ella...?

- Las... las dos cosas... -Contesté.- ¿Y... tú? ¿Los has visto?

Estaba haciendo lo que jamás pensé que haría: hablar de vampiros REALES con alguien.

Apoyé los codos en la mesa y la cabeza en mis manos.

-Te mentí, y a mi padre también, por eso me preocupa que salga.-hice una pausa y suspiré.-No me he caído por ningunas escaleras, soy torpe pero no llego a tanto.

Escuché a Genevieve y cada vez me iba quedando más sorprendida.

- ¿Estás insinuando que...? -No me atreví a terminar la pregunta.

-Me atacó un... Vampiro.-dije con aspecto abrumado.-Me partió la pierna y... Me mordió el labio...-sentí un escalofrío y me tapé la cara con una mano.

- Un... vampiro... -Repetí, con el miedo reflejado en la mirada. Seguramente fuese de esos vampiros de los que me habló Kate en el bosque.

Enmudecí. Tragué saliva mientras miraba al suelo y pensaba alguna alternativa para no cruzarme con ningún vampiro, pero quizás no hubiesen alternativas. Volví a mirar a Ginny.

- ¿Y... qué me dices de sus enemigos ancestrales...? -Pregunté, aunque sabía que quizás me estaba flipando. No podían existir...

Sentí miedo de que aquel vampiro hiciera daño a Evelyn, pero su pregunta me sacó de mis miedos y pensamientos asustados.

-¿Los licántropos? Viven en La Push, son los Quileutes.-dije.-Yo...-sonreí.-Uno me ha... Imprimado.

Volví a abrir mucho los ojos y me derrumbé sobre la silla. Sentía que me faltaba el aliento. Todo eso era tan... extraño... criaturas que desde pequeña me habían dicho que eran simples cuentos para no dormir... ahora esos cuentos se habían hecho realidad...

- Pero... ¿no son peligrosos? -Pregunté.- ¿Imprimar? ¿Qué es eso?

Me preocupé por su reacción.

-¡No, no! No lo son. Los peligrosos aquí son los vampiros. No sé si habrá más pero ese sigue rondando por ahí. Evelyn, por favor, ten cuidado.-pedí poniendo una mano sobre la suya en la mesa. Suspiré.-Imprimar es... Como el amor a primera vista, parecido. El licántropo te imprima y quedáis ambos enamorados. Si te soy sincera, es una mierda. Pero me alegro de ser correspondida por una vez.

Me quedé mirando a Ginny con los ojos y la boca abiertos, asimilando todo lo que me había contado. Alcé las manos como para tranquilizarme y cogí aire.

- Vale... recapacitemos... -Dije más para mí misma que para Ginny.- Los vampiros existen... y los hay muy malos... eso lo sabía... -Tomé aire de nuevo.- Existen los... licántropos... y te pueden imprimar, que es eso del amor a primera vista y los dos quedáis enamorados uno del otro... -Miré al suelo y luego de nuevo a Ginny. Se me escapó una risita sarcástica, como si estuviera loca.- ¿No es... demasiado surrealista?

Evelyn estaba pasmada, pero luego hice una mueca de disgusto cuando llegó a su última conclusión.

-Vale, no me crees. No sé para qué te lo he contado.-dije cogiendo mi taza y llevándola hasta el fregadero para lavarla.-Que se haya muerto mi madre y esté deprimida y dolida no quiere decir que me haya vuelto loca.

Solté un gran suspiro, pasándome la mano por la frente y negando fuertemente con la cabeza.

- Que no, joder, Genevieve... ¡por supuesto que te creo! ¡Claro que te creo! ¡Sería ridículo si no lo hiciese porque yo también he visto a un vampiro! -Me pasé las manos por la cara, apartándome un poco el flequillo.- Digo que es surrealista porque me cuesta asimilarlo, no porque no te crea. -Expliqué. Se veía que me había entendido mal.

Me giré hacia ella.

-¡¿Has visto uno?! Pues menuda suerte has tenido de no toparte con el sadomasoquista.-dije y sequé el plato con un paño. Luego me sequé las manos y volví a sentarme.-A mí nunca me costó asimilarlo, fue fácil debido a los hechos.

No me gustaba recordar aquel día en el que estuve a punto de morir de la manera más cruel que podía imaginar.

Me quedé en silencio unos instantes.

- Bueno... a mí me costó porque no me atacó... era una chica, Katherine, y era neófita. Casi me ataca, pero por descuido mío, me caí de un árbol mientras bajaba y me hice algo de sangre. -Me subí la manga de la camisa y le enseñé las costras de los raspones.- Se supo controlar muy bien... y se lo agradezco.

Hice una mueca. ¿Neófita? ¿Eso quería decir que acababa de ser transformada? Eso seguramente había sido muy peligroso.

-Veo que eres tan torpe como yo. Al menos fue en el brazo...-dije y le mostré mi labio inferior.-Yo me caí de morros, y él remató pegándome un mordisco en el labio.

Imité su gesto del principio e hice una mueca.

- Pobrecilla... supongo que entonces ese vampiro empezó a atacarte en ese momento... -Medio deduje en voz alta, con cara de pena. Debía haberlo pasado fatal. Tuve suerte de que Kate no me atacara esa vez en el bosque.

Respiré de forma nerviosa mientras apartada la mirada, abrumada por el recuerdo de los hechos.

- Sí.-respondí.- No se conformaba con beber mi sangre, quería hacerme daño antes de matarme y... Quería violarme.-acabé con voz quebrada mientras me llevaba una mano al pecho, recordando entonces el momento en el que me desabotonó la camisa.

- ¿¡Violarte!? -Dije, incrédula.- ¿Pero los vampiros pueden...? -Dejé incompleta la frase. Me daba muchísima vergüenza hablar de aquello, de ese tema, pero tenía curiosidad. ¿Tenían esos impulsos también? ¿Tenían la necesidad? ¿Sentían algo durante el acto?

Mis propios pensamientos me daban vergüenza...

- No lo sé, pero quería desnudarme.-respondí mientras temblaba de arriba a abajo. Apoyé un brazo en la mesa y escondí la cara en una mano.- Ya de por sí que te viole alguien normal es horrible, si encima es un vampiro...-sacudí la cabeza sin dejar de esconder la cara.- Por favor, hablemos de otra cosa...

Mi ceño se fue frunciendo más y más, pero no por enfado, sino por horror, temos... ¿y si me pasaba algo así a mí también?
No, yo no quería toparme con aquel vampiro violador... aunque por mucho que deseara eludirle, yo no sabía cómo era, y además una no elegía si querías ser atacada o violada por un vampiro. Ginny ni siquiera se lo planteó, no sabía nada acerca de esos seres antes de que ese salido le atacara...
Sacudí la cabeza.

- Sí, será mejor que hablemos de otra cosa. -Asentí. Ahora el caso era... ¿sobre qué?

No había podido evitar que se me escapara una lágrima. Respiré de forma nerviosa y agitada y levanté la cabeza mientras me secaba la lágrima. Me levanté de la silla y fui hasta el salón, donde estaban mis cosas.

- ¿Te apetece ver algo en la tele?-pregunté desde el sofá.

Imité a Ginny, me levanté de la silla, cogí mi guitarra enfundada y me dirigí al salón.
Miré hacia la tele y luego hacia mi amiga.

- La verdad es que... -Dudé.- Aún-aún no he visto nada en la televisión americana, no sé qué echan... -Admití al final.

Miré con confusión a mi amiga... Amiga, qué raro sonaba eso después de pasar toda la vida sin amigos salvo mi madre, que ahora ya no estaba.

- ¿Que no...?

Recapitulemos, vale, ella no es americana, anda que no soy idiota ni nada.

- Oh, bueno... En general, ¿Qué te gusta?

Me mordí el labio con vergüenza. No me gustaba hacer sentir tonta a la gente, me sentía muy cohibida y a la vez violenta cuando eso sucedía.

- Eh... me gustan las series de comedia, como Big bang theory, Family guy... -Intenté decir bien los títulos de las series, sin fallar ni en las palabras ni en el acento.

- ¡Oh! ¿Esas series las dan en tu país? Hasta ahí llega mi ignorancia.-dije.- Es que cuando fui a casa de mis abuelos no miré la tele expresamente.-comenté.- Buscaré a ver si están dando esas series, aunque me gusta más American Dad.

Reí un poco.

- Sí, allí también se dan, solo que con el doblaje al español pierde la gracia de algunos chistes. -Y era cierto, quedaban algunas cosas que no se sabía dónde estaba el humor porque se había quedado en la versión original.- American dad también me gusta. Sino también The Simpsons, aunque ya se repitan...