Esperando encontrar lo que busco libre

Después de estar mucho tiempo pidiéndoselo, mi madre me llevó a la librería de Port Angeles. Llevaba mucho tiempo sin leer algo interesante y ya era hora de encontrar un buen libro.
Annie y nuestra madre me dejaron en la librería, vendrían a recogerme más tarde, mientras tanto ellas estarían de tienda de ropa en tienda de ropa, así que tenía un largo rato por delante.

Anduve por los largos pasillos de la biblioteca, estaba llena, pero en el pasillo en el que me paré solamente había un chico muy moreno de piel y rubio.
Encontré al fin un libro que parecía atraerme, pero estaba en una estantería muy alta. Me daba vergüenza pedir ayuda, por lo que me puse de puntillas, intentando alcanzar el libro incluso metiendo pequeños saltitos, pero no lo conseguía. Eso me pasaba por canija.

Escuché la risa del chico que estaba en la misma sección que yo y no pude evitar sonrojarme. ¡Sí, era ridícula la situación! Pero es que mi crecimiento no daba para más...
Si hubiese sido alguien que conocía eso me habría irritado, pero sonreí al chico.

- Gracias. -Le agradecí y tomé el libro.- ¡Al fin te tengo! ¡No podías escapar a tu fatídico destino, pequeño contenedor de fantasías! -Dramaticé, hablando con el libro y luego me di cuenta de que seguía el chico de antes delante de mí. Sonreí de nuevo, esta vez con vergüenza.- Lo... lo siento...

Asentí con la cabeza y extendí mi mano hacia él para estrechársela.

- Yo soy Evelyn. -Dije con una sonrisa, pero luego me quedé algo extrañada. Su mano también estaba ardiendo, como la mano de Jack cuando se la escreché en clase. Fruncí un poco el ceño, pensativa y aparté la mano.

Dejé mis cavilaciones aparte y sacudí la cabeza. Seguramente solo fuesen paranoias mías, coincidencias.

- Evelyn, los vampiros existen, pero tienes que dejar de pensar en que hay más criaturas como ellos... -Me dije a mí misma mentalmente y luego miré de nuevo al chico.- Lo mismo digo, Thomas. -Sonreí de nuevo y miré lo que llevaba en la mano.- ¿Un registro? -Dije, refiriéndome a su libro, entre otras cosas para cambiar de tema.

- Sí, por supuesto. -Acepté la propuesta de Thomas con una sonrisa.- Tengo mucho tiempo, no creo que pasen a recogerme hasta dentro de bastante tiempo. -Annie y Karen eran así con la ropa. Nunca se sabía cuándo iban a acabar, y la mejor manera de esperarlas era estando en la biblioteca, rodeada de libros interesantes, otros mundos.

Anduvimos hacia unas sillas con mesa de la biblioteca y le pregunté.

- ¿Y qué es lo que andas buscando?

Me senté en una silla en frente de él, al otro lado de la mesa y le miré con interés.

- ¿Tu hermana? ¿Tu familia? -Alcé una ceja, un tanto extrañada.- ¿No sabes nada acerca de tu familia?

Vaya... parecía que todo el mundo que me rodeaba tenía un pasado doloroso: Kate era una vampira y había tenido que huír de su casa para evitar asesinar a sus padres; Jack era huérfano de madre y su padre le maltrataba; y ahora Thomas era huérfano completamente, pero por una parte me alegraba que tuviese familia en Port Angeles.

- No, no creo que estés loco. -Negué con la cabeza.- Al contrario, admiro esa fuerza que tienes para intentar seguir adelante, y además buscas a tu hermana y a la familia que tienes aquí. -Sonreí.- Mucha suerte, Thomas. Si necesitas ayuda o algo, que sepas que estoy aquí para ayudarte, aunque solo nos conozcamos de un par de minutos.

Sonreí de nuevo, esta vez más ampliamente.

- De nada, me gusta ayudar a la gente, o al menos intentarlo. -Miré la hora en el reloj que había en la pared de la biblioteca. Solo hacían 20 minutos desde que me habían dejado, así que no había problema.- Tengo tiempo de sobra para tomar un refresco, o incluso para mirarme Port Angeles entera. Cuando Karen y Annie se van de compras de ropa están como cinco horas sin descanso. -Reí.

Me levanté de la silla después de lo que hiciese Thomas y asentí con la cabeza.

- Sí, me parece bien, la idea del helado me ha gustado. -Sonreí.- Oh, por la hora no te preocupes, ya espero yo cuando ellas compran, ¿no? Pues que ahora me esperen ellas a mí. -Me crucé de brazos, con una sonrisa triunfal y luego reí un poco.

- Me gustan mucho los de chocolate con más cachitos de chocolate o de galleta. -Expliqué. Me sentía como una cría cuando hablaba del chocolate, pero es que no había cosa que más me gustara en este mundo que el chocolate. Jamás me cansaría de él.

Me hizo gracia la forma que tuvo Thomas de calificar al helado, pero estaba de acuerdo con él, sobre todo estando en Port Angeles, que hacía mucho más calor que en Forks.
De nuevo, el tacto de Thomas me sorprendió. Desde el encuentro con Kate, no hacía más que darle vueltas al asunto de los vampiros y las criaturas relacionadas con éstos.

- Oh, pues... dibujo, leo, escribo, canto, toco la guitarra, patino, escucho música... duermo... -Me reí y miré a Thomas.- ¿Y tú? Seguro que tú haces cosas más interesantes.

- ¿Un taller? Wow. -Contesté animadamente. Eso del taller me recordó un poco a mi padre, cuando arreglaba su moto y esas cosas, pero no me entristecí, sino que sonreí.- Ah, pues... -Dije, mirando el puestecillo y pensando.- Yo quiero uno de chocolate.

-Oh lo siento perdoname no quice ponerte mal lo siento , la verla que se estremecio, mm chocolate es un buen sabor, pedi el mismo que ella -Contame un poco de vos evelyn dije mirandola mientras que nos sentamos en unas mesas