Con el viento en la cara (Daniel)

-Bueno, a mi no me has comido, tienes un punto. - le contesté riendo, aunque luego recordé lo que me dijo del olor. - Aunque claro... supongo que no huelo a rositas para ti, precisamente.

Mi mirada se desvió al mar, pensando en lo especial que era el pueblo de Forks, no era el lugar preferido de los turistas, pero quieres venian podian encontrarse con un mundo que solo existe en las historias fantasticas... o con una muerte segura, depende.

Me hizo gracia su comentario- Tu tranquilo... Creo que ni muerta de hambre me alimentaría de ti - cuando ya lo había dicho me preocupé por si se enfadaría- N-No te lo tomes a mal - le dije con tono suplicante- Solo es que... Como has dicho antes para mi no hueles muy bien -me justifiqué.

El se quedó absorto mirando el mar así que yo aproveché e hice lo mismo, me encantaba el olor salado del mar y los gritos de las gaviotas.

Sonreí cuando intentaba disculparse.

-No me lo tomo a mal. - le contesté dejando pasar un rato. - Además, que tengo entendido que mi sangre es veneno para ti, al igual que si me inyectas tu ponzoña, no me transformo, me muero. - le expliqué. - Que cosas ¿no? - dije con una risa.

- Si... Que cosas... - dije un poco incómoda - No sabía que tu sangre era un veneno para mi, suerte que no me ha dado por matar perritos - dije en broma, para ocultar que eso me asustaba un poco ¿Y si hubiese mordido a Jake?

-Bueno, yo creo que no se te hubiese pasado por la cabeza, ya que olemos mal para ti. - me encogí de hombros y me quedé callado, sin saber que mas decir.

- Si, tienes razón... - respondí mientras reflexionaba - Antes has dicho que te criaste en otro sitio, entonces... ¿Has venido aquí para visitat algún pariente? ¿O algún amigo? ¿O a tu novia? - dije entrecerrando los ojos maliciosamente.

-Bueno, mis padres murieron y mi hermana y yo nos vinimos a vivir con mis abuelos que viven aquí. - le dije mientras me encogia de hombros, intentando quitarle importancia al asunto. - ¿Y tu? ¿Que haces en Forks?

- Yo... Huí de casa de mis padres para no causarles ningún daño - le conté- Me daba miedo atacarles así que vine aquí, porque es un sitio casi despoblado y no había peligro de heriri a nadie. Cuando vine decidí visitar a Jake, mi mejor amigo, que me contó que era un vampiro. Ahora vivo en su casa hasta que encuentre otra. - no pude evitar mirar al suelo cuando decía eso, rezando para que no lo malinterpretara como hizo Jack.

-¿Y aguanta el olor? - dije medio de broma medio en serio agitando mi mano frente a mi nariz de un lado a otro. Luego sonreí. - Yo creo que todos los que vivimos en Forks y en la Push hace poco hemos venido por mera casualidad, aunque de verdad nuestro hogar siempre había estado aquí... - me quedé un momento callado. - Que raro... este tipo de frases no son normales en mí. - dije riendo.

- Si, le verdad es que lo aguanta mejor que yo - dije riendo de su broma, la casa de Jake estaba impregnada de un olor concentrado a licántropo - Si... Forks tiene como un magnetismo para atraer a las cosas raras - dije y luego me reí de lo que dijo- Seguro que es el paisaje que te hace reflexionar - dije haciendo un gesto que abarcaba el mar.