Inspiración (Alexander)

Noté que caía al suelo, pero no supe el por qué hasta que escuché una voz que me resultaba familiar y además esa figura la había visto antes...
¡Kate! ¡Era Kate! Pero... yo no quería que sufriese por mi culpa, no quería que Alexander le hiciese daño. Si eso sucediese no me lo perdonaría en la vida...

- ¡K-Kate! -Hablé, pero grité sin querer mientras notaba arder mis venas, mi cuerpo moviéndose por sí solo y con un dolor general en el cuerpo. Creía recordar que ella me había contado algo de eso de la transformación, que dolía...

No, no, no... espera... ¿¡QUÉ!? ¡Yo no quería ser un vampiro!

Me estremecí ante la irónica sonrisa de Alexander, pero levanté la barbilla e ignoré el miedo - Me importa porque resulta que antes de ser tu aperitivo era mi amiga, así que será mejor que te largues y nos dejes en paz - halé con un tono frío y tajante mientras le miraba fijamente con cara de mala leche.

Después dirigí mi atención hacia Lynn porque había gritado mi nombre- Tranquila, ya estoy aquí y no dejaré que este vampiro te haga nada - No estaba nada segura de eso, pero hablé com tono calmado. Lo que más me preocupaba era sacar a Lynn lo más rápido posible de allí para averiguar como podía sacar el veneno de sus venas y, a ser posible, no morir en el intento.

Volví a centrar mi atención en Alex porque sabía que en cualquier momento podía lanzarse contra mi.

Qué vampira más graciosa, tuve que aguantarme la risa pero sin mucho éxito porque las carcajadas me salieron solas e incluso me arqueé un poco hacia delante.

- ¿De verdad?-me di la vuelta y caminé hacia el interior del bosque con aspecto despreocupado y las manos a la espalda. Yo sabía que la vampira me tenía miedo, podía leerlo en sus pensamientos. Por suerte para mí y por desgracia para ella, no podía leer los míos.

Seguí adentrándome en la espesura hasta que ya no las veía, entonces me di la vuelta y me convertí en un borrón al echarme a correr a toda velocidad de vuelta al lugar donde había dejado a ambas. Cuando las vislumbré, di un salto y le asesté una patada a la vampira en el estómago que la lanzó varios metros atrás, llevándose varios árboles por delante y partiéndolos por la mitad.

Miré a la humana y sonreí con satisfacción al verla retorcerse por mi ponzoña y luego desvié la mirada hacia el lugar en el que había caído la vampira por si intentaba devolverme el golpe.

Sí, sabía que estaba allí, pero me preocupaba su salud. Aquel vampiro estaba completamente loco, y sabía que no tardaría en lanzarse contra ella, a atacarla, y aquella idea me atormentaba. No quería que nadie sufriese por mi culpa, y menos aún si se trataba de una de mis mejores amigas.

El fuego seguía expandiéndose por mis venas a una velocidad vertiginosa y mi cuerpo seguía convulsionándose violentamente. Lo peor de todo era que no podía hacer nada por evitarlo.
Me quería morir, acabar con todo eso...

Sentí que algo dentro de mí se derrumbaba cuando observé que el vampiro desapareció y luego le dio una patada a Kate.
Si tan solo ese cretino me hubiese matado antes de que mi amiga llegase... ella no estaría sufriendo ahora...

Alexander empezó a reirse de mi, cosa que me cabreó mucho, y justo después se fue andando. Eso me pareció extraño, estaba segura de que era una trampa, pero cuando finalmente se volvió para atacrme no pude apartarme a tiempo y me pegó una patada que me hizo salir volando.

Me llevé por delante a muchos árboles que se cruzaban en mi camino hasta que choqué contra una piedra, que se partió pr la mitad. Pasé unos segundos inmóvil sobrepasada por el dolor, pero después me levanté sorprendida de que no tuviese ni un rasguño... A parte de un hombro que se había dislocado por el golpe contra la piedra y unas cuantas costillas hechas puré. Ya sanarán, me dije.

Corrí de nuevo hacia donde estaban, un poco torpemente por los pinchazos que sentía en el hombro y el vientre, y encontré a Alex que sonreía mirando a Lynn.
Ese vampiro estaba mal de la cabeza, era un sádico que se divertía con el sufrimiento de los demás... Con el sufrimiento de mi amiga...

En ese momento deseé hacerle daño, mucho daño. Quería que saliera disparado y se empotrara con todos los árboles que encontrara en su camino, como me había sucedido a mi. De repenté noté una sensación extraña en mi cabeza, como si toda mi rabia acumulada explotara y en ese momento Alexander salió disparado de espaldas, como si le hubiesen asestado una patada imaginaria.


FDR: Es que ahora tengo un don =P

Off: interesante.

Me acerqué lentamente a la humana. Ya me estaba tocando mucho los cojones el tema e iba a acabar ya con el sufrimiento de esa chica, pero entonces sentí una fuerza que me hizo salir despedido unos metros, comiéndome bastantes árboles por el camino.

Esa neófita me estaba cabreando... y bastante, pero volví a paso lento a la escena, donde estaba Katherine en una posición ofensiva mientras la humana seguía convulsionándose en el suelo. Olisqueé el aire y torcí el gesto.

- Su sangre está contaminada, menudo desperdicio. -Dije asqueado.- Quédatela si quieres, neófita conformista. -Mi tono era de rabia y desprecio y desaparecí de allí rápidamente. No pensaba cargar con otra neófita y mucho menos iba a intentar beberme esa sangre.

Di media vuelta y me largué de ese lugar al olfatear otro olor que conocía.

Ya no veía nada, la visión se me había nublado por completo y me sumí en un mundo de dolor y oscuridad. Notaba cansancio por las continuas convulsiones de mi cuerpo y apretaba los dientes para no chillar del dolor.
Do podía más con ello, quería morirme, ¿¡por qué ese estúpido vampiro no acababa ya su asqueroso trabajo!?

- ¡Me quema! -Grité al final.- ¡Kate!

La pérdida de la visión me había causado bastante agobio. ¿Cómo estaría ella? ¿Le habría hecho algo el vampiro psicópata?

Alexander parecía cabreado, dijo un par de cosas con rabia y se fue. Dejé que el alivio me invadiera unos instantes, Todo ha salido bastante bien... Me dije.

De repente Evelyn chilló y tuve que corregir la frase, casi todo ha salido bastante bien...

Me apresuré hasta su lado, la abracé y la alcé para verle la cara - Lynn, Lynn ¿Me oyes? Tranquilízate, se que duele mucho pero tienes que intentar escucharme ¿Entendido? - Hablé con voz tanquila, aunque estaba de los nervios. Evelyn se estaba tranformando por culpa de ese vampiro idiota y yo no podía hacer nada para ayudarla ¿O si? De repente tuve una idea, era descabellada pero podía funcionar- La tranformación dura tres dias y tu solo llevas unos minutos, aún podemos pararla... Pero podría ser peligroso - Le conté- Solo lo intentaré si tu estás de acuerdo - Lo peor de todo era que a lo mejor yo había interpretado mal mi don y, si así era, todo el plan se iría al traste. No seas pesimista, todo saldrá bien Me dije.

Sentí miedo cuando noté algo frío y duro abrazarme. ¿Quién era? ¿Era aquel loco psicópata, Alexander o era Kate?
Por suerte escuché su voz y pude diferenciar que era ella. Entonces... estaba bien... era un gran alivio saberlo, no me lo hubiese perdonado si le hubiese pasado algo grave.
Me esforcé lo máximo posible para escucharla y centrarme en lo que decía. Eso que sentía, el fuego en las venas y aquel dolor que parecía imposible significaba que me estaba convirtiendo en uno de ellos. ¡No! Yo quería conservar mi mortalidad, no quería depender de sangre e instintos para sobrevivir...

- In... inténtalo. -Logré decir, intentando no gritar y queriendo controlar las convulsiones, aunque no podía lograr eso último.

Me puse a trabajar instantes después de que Lynn accediera.
La dejé en el suelo, cerré los ojos y me concentré. No sabía que buscaba exactamente, ni como encontrarlo, pero centré toda mi atención en Evelyn, en su cuerpo, en su sangre... Al cabo de un rato empecé a sentir el flujo del líquido, pero no solamente con el oído o el olfato, sinó que lo sentía dentro de mi mente: Notaba cada célula, cada átomo y en medio de eso pude notar los átomos de veneno.

Bien, ahora llegaba la parte difícil. Había localizado el veneno, pero entonces tocaba sacarlo y yo aún era novata con lo de la telequinesis, había deducido que en eso consistía mi don, tan novata que solo hacía unos instantes que lo sabía.

Dirigí mi consciencia hacia esos átomos e intenté "agarrarlos", era muy extraño y no sabía como hecerlo pero noté que se movian un poco. Me concentré más y tiré de ellos con todas mis fuerzas, pero eran demasiado pequeños, era como si se colaran entre mis dedos. Volví a intentarlo pero obtuve los mismos resultados, mi consciencia tenía más agujeros que un queso cruyere.

No podré hacerlo... Pensé con desesperación, pero entonces me obligué a volver a intentarlo. No seas blanda la vida de Evelyn depende de ti Me reñí.
Si los átomos eran demsiado escurridizos para una novata como yo, cogería más materia, así que intenté mover el veneno y la sangre de su alrededor, eso si funcionaba. Tardé media hora en drenar todo ese veneno y su respectiva sangre, pero al final lo conseguí.

Extenuada y con un dolor de cabeza horrible dije:

- He tenido que sacarte un poco de sangre y Alex ya te había sacado mucha, así que te convendría ir al hospital para que te hagan una transfusión. Pero no morirás, ni te tranformarás - Lo dije sonriente pero luego hice una mueca y empecé a masajearme las sienes- Me habian dicho que los vampiros nunca tenian dolor de cabeza, menudo timo... - Me quejé, aunque sentía un alivio tan grande que no me importaba.

Noté cómo el fuego que se propagaba por mis venas se movía de una forma anormal, pero seguía sintiendo aquel dolor insoportable. Seguía convulsionándome mientras Kate hacía algo por ayudarme... o al menos eso era lo que quería pensar que significaba la cavilación del ardor por mi cuerpo.

De pronto, noté cómo aquello que me producía tanto dolor y malestar salía al exterior por la mordedura del vampiro loco, pero me sentía débil. Las convulsiones cesaron y mi corazón bombeaba más lento.
Pude ver cómo un líquido rojo se expandía a mi lado y giré la cabeza hacia Kate cuando me habló. Me había tenido que sacar sangre, y aquel vampiro había bebido también un poco. Ahora entendía el por qué de mi cansancio.

- Gracias, Kate... -Dije en un susurro, ya que no tenía apenas fuerzas ni para hablar y sonreí tenuemente. Los párpados me pesaban y yo no podía hacer nada contra ello. Cerré los ojos y me dejé llevar por la densa oscuridad que se expandía frente a mí.

Evelyn me dió las gracias, pero yo casi no me di cuenta. Tenía la sensación de que la cabeza me iba a explotar, sentía unos horribles pinchazos por todas partes y cualquier ruido o pensamiento hacía que incrementaran.

La sangre derramada tampoco me ayudaba ya que me encontraba tan mal que era incapaz de controlarme y tenía la certeza de que en qualquier momento atacaría a Lynn. Por suerte era incapaz de moverme y no le hice nada.

Sabía que tenía que llevarla a un hospital, pero tardé unas hora en encontrarme lo bastante bien como para moverme, así que reuní todas mis fuerzas y la cogí en brazos- Lynn... Lynn... - Susurré- Te tengo que llevar al hospital, pero no entraré porque te pondrán sangre y yo no puedo estar allí cuando lo hagan ¿Crees que podrás aguantar ese rato sola o tengo que avisar a algún familiar tuyo? - Cuando la dejara en el hospital iría a cazar, me alimentaría y todo el dolor que sentía desaparecería. Ya no estaría sedienta. Eso era lo único que me animaba.