It's time to the game [Alexander & Ginny]

No podía dejar que ese asqueroso vampiro de ojos color pistacho se fuera de rositas después de lo que le había hecho a Ginny. Por suerte la había dejado viva, pero la había convertido en una persona miedosa con traumas... Lo tenia que pagar. Había seguido el asqueroso olor a vampiro que me había llevado hasta el bosque de Forks.

La ira corría por mis venas, estaba temblando a causa del enfado.

-Controlate... no te transformes aún... - pensé quedándome parado en mi lugar y suspirando. Olisqueé un poco el aire y me dirigí hacia la derecha con paso ligero y apretando los puños.

El olor se hizo mas fuerte y lo ví, frente a mi estaba un vampiro, el cual llevaba gafas de sol.

-¿Es él? - pensé sin saber responderme, me escondí tras un árbol para observarle, pero seguro que me había olido.

El vampiro tenia un móvil en las manos y soltaba maldiciones por no saber utilizarlo, por lo que supuse que era bastante viejo. Se terminó hartando del aparato y lo lanzó contra un árbol haciéndolo pedazos.

Estaba por el bosque de Forks, como casi siempre solía hacer desde que llegué a la Península de Olympic, solo que esta vez era diferente. No iba buscando presas, ni nada por el estilo, iba con un móvil en las manos, intentando saber cómo narices se utilizaba el dichoso aparato. Desde que me encontré con esa híbrida me habían llamado la atención esos aparatejos, pero nada, no había manera.

- Maldita mierda... -Rechisté, mirando hacia un papel en el que ponía los "códigos PIN y PUK"... ¿y qué cojones sabría yo de eso? ¡Nada! ¡No tenía ni idea!.- ¡Joder, me cago en Dios! -Acabé gritando, desquiciado, y estampé el móvil con toda la fuerza que pude contra un árbol, de forma que "explotó" en todas sus piezas pequeñitas, que salieron disparadas cada una hacia una dirección. Me acerqué a ellas, observándolas mirando por debajo de las gafas con soberbia y bufé.- Así os pudráis para siempre, o pudráis este asqueroso planeta. -Y en cuanto quise marcharme, reparé en un olor que parecía llevar más tiempo cerca. Arrugué la nariz y me giré hacia la dirección de la que provenía.- ¿Qué? ¿Vas a salir o vas a seguir ahí detrás, chucho?

Escuché como el vampiro me invitó a salir. Pero tenia una duda.

-¿Es él o no? - volví a pensar, antes de atacar. - ¿Porque el cabrón tiene que llevar gafas? Todo hubiese sido mas sencillo sin ellas...

En mi mente se dibujó la imagen de un vampiro con los ojos color pistacho y luego recordé a Ginny contándome como era....

Salí de detrás del árbol con los brazos cruzados sobre el pecho y mirando los trozos de movil en el suelo.

-¿Demasiada la tecnologia para un vejestorio como tú? - me burlé.

No pude evitar dejar escapar una sonrisa sarcástica al escuchar los pensamientos del perro. Así que... ¿me estaba buscando? Y parecía que era por haber atacado a esa humana... esa maldita humana que me llevaba a la locura con sus continuos pensamientos incompletos. Qué agobiante, joder.

Decidí alargar el momento, hasta que me pareciera suficiente charla, y dejé mis gafas sobre su sitio, ocultando la pista final, lo que tanto anhelaba ese saco de pulgas.

- Demasiada tontería para una Era ridícula. -Corregí su oración, con una sonrisa divertida.

-Pues es mejor que comunicarse con señales de humo. - me encogí de hombros con una sonrisa.

-¿Porque no se quita las gafas? Como si en Forks hicieran falta gafas de sol... - pensé mientras intentaba ver a través de los cristales tintados.

Estaba frustrado ¿Era él? No lo sabia... ¿Y si no era él y estaba perdiendo el tiempo?

-Oye ¿Para que necesitas unas gafas de sol? Ni si quiera hace sol. - le dije tratando de que se las quitase.

Bufé.

- Creía que los indios aquí érais vosotros. -Dije con un tono bromista, pero que denotaba que le estaba vacilando.

Ese chaval parecía un poco idiota. Bueno, también es que no sabía que podía escuchar sus pensamientos, pero daba lo mismo, por mucho que él insistiese, no me las iba a quitar hasta que a mí me diese la gana.

- Las llevo porque me apetece. -Dije sin más, no tenía que darle explicaciones a nadie, y menos a un chucho.

-Somos indios modernos y minimamente inteligentes como para utilizar un movil... - le devolví la burla, pero bastante mal humorado.

E insistia en no quitarse las gafas el muy... ¿Cuanto tiempo ibamos a seguir de charla? Mi cuerpo ya temblaba como una hoja a causa de sus burlas, pero queria reservarme para el vampiro con los ojos color pistacho.

-Mas le vale que se quite las gafas pronto. Le prometí a Ginny que volvería pronto, no sabe que he ido a buscar al vampiro de los ojos pistacho... - pensé de mala gana y bastante impaciente por entrar en acción.

Mostré una sonrisa torcida y me ahorré el contestarle de nuevo, ya que estaba algo cansado de responder a ese chucho. Con él no era del todo divertido, porque mi radar de gracia se centraba en la falta de paciencia de los licántropos. Demasiado impulsivos. Demasiado ridículos.
Mi atención fue captada por sus siguentes pensamientos. Ginny... ¿así se llamaba la humana de pensamientos insoportables? Perfecto, al instante se me ocurrió un plan buenísimo que podría llevar a cabo ese mismo día con esa misma pareja.

- En fin, creo que esto es lo que buscabas... -Solté con burla mientras me quitaba los cristales opacos, dejando a la vista mis ojos, de un color verde intenso e inusual.

El vampiro se quitó las gafas pero... ¿Como sabia que era eso lo que buscaba? ¿Acaso me estaba esperando o que? Bueno, no importa, la conclusión y lo que importaba era: que era él.

Me lancé hacia el vampiro y lo agarré del cuello hasta estamparlo en un árbol, el cual se partió un poco del tronco. Yo creo que se dejó coger porque sabia que no le haria daño...

-¿Te parece normal torturar así a una pobre humana? - le contesté comenzando a temblar de nuevo.

[OFF]

Estoy sin inspiración, no puedo dormir -.-" Y bueno, de eso que no te apartas pensé que como Alexander es... como es xD pues querria jugar un poco con Daniel, haciendole creer que tiene ventaja. No se, me hago unas pajas mentales... -.-"

Off: Alex se hubiese dejado, no te procupes, es un maldito kamikaze.

Creía que iba a conseguir un efecto mayor, refiriéndome al enfado del lobo, pero fue demasiado blando para lo que normalmente me solía enfrentar.
Me estampó contra un árbol, y esbocé una sonrisa sádica.

- ¿Te parece normal preguntarle eso a un vampiro, chucho? -Ironicé.

¿Estaba... sonriendo? Eso me sacó de quicio, no le respondí a su pregunta y le pegué un derechazo en toda la mandibula. Sonó un "crack" pero no fue su mandibula la que cedió, fueron los huesos de mi mano.

Dios... como dolió... Solté al vampiro del cuello, como un auto-reflejo, y me cogí la mano dañada.

-¡Ah, joder! - grité al aire.

-Genial, Daniel Sandler, ni te ha tocado y ya vas perdiendo... - pensé.

Tan impulsivos como siempre... y con tan poco cerebro, como siempre, claro. Los chuchos nunca pensaban a la hora de actuar, se dejaban guiar por los sentimientos y a la mínima que algo les frustraba te atizaban, pero ese, como otros muchos que me habían asestado un puñetazo en la cara, se rompió algunos huesos de la mano.
Esta vez me acerqué yo a él, a paso lento y despreocupado.

- Así que... conoces a esa chica. -Susurré, manifestando en voz alta mis pensamientos.

No le contesté y le miré con rabia.

-Si supieras... - pensé respondiendo a su pregunta e intenté mover la mano dañada. En mi cara se dibujó una mueca de dolor.

Maldije al vampiro en mi interior, me había jodido mi mano buena y él no me cabreaba lo suficiente como para transformarme.

Me acerqué del todo al perro, que era más o menos de mi misma estatura, y le agarré del pelo ese engominado que levaba, haciéndole echar la cabeza hacia atrás mientras sonreía de la misma manera.

- ¿Qué crees que podría hacer tu querida Ginny si te ocurre algo?

Abrí mucho los ojos a lo que me dijo. Ella vendria, sin duda, pero no sabia que estabaaquí, por lo que era un punto a mi favor.

-¿La ha llamado por su nombre? ¿Como lo sabe? - pensé para mis adentros. - Tal vez se presentaron y luego la atacó. No importa.

-No me toques con esas manos de muerto. - le dije mientras, con la mano izquierda, le empujaba, haciendole retroceder un par de pasos.

Pude leer algo de impresión en su rostro y me resultó satisfactorio, pero me sentí aún mejor al escuchar sus pensamientos. Parecía que no se había dado cuenta de mi don. Pobre cachorro.
Retrocedí unos pasos por su empujón y volví a sonreír, ahora con diversión.

- ¿O sino qué? ¿Qué pasará si te vuelvo a tocar con "estas manos de muerto"? -Alcé mis manos y moví los dedos.

-Que puede que te termine arrancando la cabeza. - le contesté malhumorado apartando sus manos con la mia.

¿A que jugaba? ¿Porque no atacaba? Me estaba poniendo de los nervios, eso sí, pero no lo suficiente como para transformarme...

-Chupasangre cojonero... - pensé y volví a intentar mover la mano dañada, la mueca en mi rostro volvió. Me imaginé a Ginny en el suelo, con la mayoria de sus huesos rotos y sangrando.

No podia pegarle, no queria romperme la otra mano. Me giré 90º hacia mi izquierda y le pegué un puñetazo al árbol, me hice daño, pero por lo menos me descargué y no me rompí la mano.

- ¿Ah sí? -Dije en tono insinuante, divertido.- Quizás el que acabe con algo arrancado seas tú. -Eso ya lo dije con un tono desgarrador, con una mueca sádica en los labios.

Ese perro parecía querer acción aunque... ¿qué le pasaba a él? ¿Por qué no atacaba ante4s él mismo? ¿Estaba acojonado?
Oh, no, simplemente quería dejar intactos sus huesos... já, pues no tenía fe ni nada...

Sonreí al ver las imágenes que el chucho intentaba imaginar en su cabeza, que no se acercaban ni lo más mínimo a lo que le hice a esa tal Ginny, y lo que me gustaría haberla hecho a pesar de sus pensamientos desconcertantes.

Me acerqué al perro rápidamente por la espalda cuando se giró para meterle un ridículo puñetazo a un árbol.

- Deberías aprender a no darle la espalda a un vampiro... -Susurré con mi aliento rozando su oído y llevé mis manos a uno de sus hombros. Apreté con todas mis fuerzas hasta que oí el chasquido furioso de sus huesas cediendo bajo mis manos de piedra.

Escuché lo que el vampiro me susurró e iba a darme la vuelta, pero noté un dolor en el hombro derecho acompañado de un chasquido y... más dolor. No pude evitar dar un grito de dolor.

-Ya está... ahora si que me has cabreado, cabrón. - pensé mientras me giraba y le ponia mi mano derecha en el pecho para empujarlo. Comencé a temblar como un loco.

Hice fuerza y tiré al vampiro al suelo para luego tirarme sobre él y acabar transformado en un lobo negro y blanco. Me quejé al caer con la pata delantera derecha e intenté no apoyarla. Furioso, le mordí un brazo.

- ¡Al fin algo interesante! -Contesté a sus pensamientos mientras el perro me empujaba y retrocedí por el empujón que me había dado, ya que por ahora eso era lo único que podía hacer.

Entonces, como ellos decían, entró en fase. No me dio tiempo ni a reaccionar porque él se tiró encima de mí para morderme el brazo que todos los jodidos perros me agarraban: el derecho. No pude evitar soltar un pequeño quejido. ¡Qué cabrones! No le daban ni un respiro al brazo, joder.

Por suerte, yo también fui veloz y le metí un puñetazo en el hocico con el puño izquierdo. El lobo me cedió unos instantes al abrir un poco la boca por el impacto y aparté el brazo. Lo miré de refilón durante unas décimas de segundo y... genial, no habían demasiados daños, solo se había cargado un poco mi camisa de rayas negras y grises.
Volví a concentrarme por completo en la pelea, esperando algún otro movimiento interesante del perro.

No pude evitar "sonreir" al oir su quejido.

-Jodete... - pensé sin dejar de morder su brazo. Entonces me pilló desprevenido y me dió un puñetazo en el hocido. ¡Dios! ¡Con lo que duele en el hocico!

Abrí la boca instintivamente y reculé un poco, dejando que su brazo se me escapase. Me quedé una milesima de segundo mirando al vampiro, no pensé mi movimiento y corrí hacia su dirección para darle un golpe con la cabeza y tirarlo al suelo de nuevo. Me dolió un poco, seguro que me habia hecho una fisura, pero no notaba el sangrado.

-Joder, como siga así me voy a dejar fuera de combate yo sólo. - pensé y traté de serenarme, estar tan enfadado no me ayudaba a pensar.

Recibí el golpe del animal sin darme tiempo a apartarmeni un centímetro.
Caí al suelo de espaldas, pero apenas se apreció porque me levanté ayudándome de las manos, en un movimiento que resultó ser una voltereta hacia atrás. He de reconocer que ese movimiento me dolió bastante en la zona del brazo derecho, pero me callé para qeu el perro no se pasara de listo. Ni un quejido, ni una mueca de dolor, solo un rostro impasible acechando a su oponente.

Esta vez cargué contra él yo primero, sin darle tiempo a hacer nada para evitar que le inmovilizara la otra pata delantera restante tras darle una patada en ella con toda la puntera de la bota militar que llevaba.

- El único que se va a joder aquí eres tú... -Amenacé con una nueva sonrisa dibujada en la cara.

Vi la voltereta que hizo el vampiro y, al instante, me inmovilizó la pata que no me dolia, para luego darme una patada en ella. Por suerte no me rompió nada, pero me dolio bastante.

No me dí por vencido y me removí para intentar zafarme de las manos del vampiro.

El perro comenzó a moverse, pero yo tampoco me di por vencido. Me agarré de su pelaje con la mano izquierda y seguí dándole patadas en la pata, con más dificultad por el movimiento del animal.

No conseguia que se cayera, por lo que decidí hacer una cosa, me iba a doler bastante pero conseguiria quitarmelo de encima.

Me apoyé con la pata delantera derecha. Como supuse, me dolió un montón e hice una mueca. Me propulsé hacía atrás, cayendo de espaldas, encima del vampiro.